"Lo único que se precisa, solía decir su padre a menudo, es que una sola persona se oponga a la opresión y a la fuerza abrumadora para que otros se sitúen a su lado; sólo una persona que se muestre valiente ante la muerte para que otras venzan sus miedos. Ésta, decía, era la lección más importante que jamás podría enseñarle a ella, y lo repetía a menudo. Se ganaba o se perdía una batalla con las cosas más pequeñas, decía: un sólo hombre que daba media vuelta y huía, uno sólo que se mantenía firme, erguido y desafiante ante el enemigo cuando todo parecía estar perdido.
Se oyó el aullido distante de un lobo..."
Ahí queda.
viernes, 30 de octubre de 2009
Retazos de un libro
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